Por un momento, algunos abuelos se asustaron ayer en Viver (Castellón) cuando vieron aparecer en la plaza del Ayuntamiento a una veintena de milicianos armados con fusiles y tocados con las insignias del bando republicano de la Guerra Civil. Los más viejos vivieron la misma escena muchas veces durante el último año de la contienda, cuando por este mismo pueblo pasaba la línea defensiva XYZ, desde la que el Ejército rojo resistió el avance de las tropas franquistas.
Durante casi un año, desde julio de 1938 hasta marzo de 1939, los dos bandos coexistieron, uno a cada lado del monte de Santa Cruz, sin que ninguno de ellos pudiera acabar con el otro. Los actos de conmemoración del 70 aniversario incluyen una exposición que narra episodios bélicos, financiada por el programa "Paisajes de guerra" de la UE, y charlas en las que han participado algunos supervivientes de la época.
La estrella del programa es la recreación de la vida en las trincheras. Cuarenta personas han tomado el pueblo este fin de semana vestidos con uniformes de los dos bandos. Representan todos los papeles propios de la Guerra Civil: requetés, una miliciana de la cultura -figura del Ejército rojo que enseñaba a leer a los soldados-, una enfermera del "cuerpo de damas auxiliares" del bando nacional; un cirujano y sus camilleros; soldados republicanos e incluso una chica vestida de corresponsal de guerra, que, así disfrazada, hace las fotos del grupo sin molestar.
Coleccionistas y aficionados
Bajo los uniformes están los miembros del grupo de recreación histórica Línea XYZ, en su mayoría aficionados al estudio de la Guerra Civil y al coleccionismo de objetos de la época. Se reúnen varias veces al año para revivir batallas: "Nos divertimos pero sobre todo tratamos de instruir a las nuevas generaciones sobre lo que pasó", cuenta Pilar González, miembro del colectivo.
La organización del evento parte del Ayuntamiento de Viver para "poner en valor la historia y contribuir a que no se repita", según Isabel Mañes, concejal de Cultura. Su objetivo es conseguir fondos europeos para convertir los refugios de la guerra que se conservan en la localidad en un circuito visitable.
Durante todo el fin de semana, el monte de Santa Cruz alberga trincheras, ambientadas con objetos de la época, como quinqués o platos de aluminio. También hay un altavoz de metal, a través del que los milicianos insultan a los soldados del bando contrario, situados en un campamento al otro lado del barranco.
Prohibido hablar de política
Los organizadores insisten en que quieren recrear un episodio bélico y no exaltar a uno de los bandos. "Tratamos de hacer entender a los valencianos que hace 70 años esta misma tierra fue protagonista de un momento histórico y que se recuerde que aquí hubo una guerra", explica Matías Alonso, miembro del grupo Línea XYZ y ex concejal socialista de Valencia. Lo difícil, según cuenta, es contestar a los niños cuando le tiran del uniforme y le preguntan quiénes son los buenos en esta guerra.
La estrella del programa es la recreación de la vida en las trincheras. Cuarenta personas han tomado el pueblo este fin de semana vestidos con uniformes de los dos bandos. Representan todos los papeles propios de la Guerra Civil: requetés, una miliciana de la cultura -figura del Ejército rojo que enseñaba a leer a los soldados-, una enfermera del "cuerpo de damas auxiliares" del bando nacional; un cirujano y sus camilleros; soldados republicanos e incluso una chica vestida de corresponsal de guerra, que, así disfrazada, hace las fotos del grupo sin molestar.
Coleccionistas y aficionados
Bajo los uniformes están los miembros del grupo de recreación histórica Línea XYZ, en su mayoría aficionados al estudio de la Guerra Civil y al coleccionismo de objetos de la época. Se reúnen varias veces al año para revivir batallas: "Nos divertimos pero sobre todo tratamos de instruir a las nuevas generaciones sobre lo que pasó", cuenta Pilar González, miembro del colectivo.
La organización del evento parte del Ayuntamiento de Viver para "poner en valor la historia y contribuir a que no se repita", según Isabel Mañes, concejal de Cultura. Su objetivo es conseguir fondos europeos para convertir los refugios de la guerra que se conservan en la localidad en un circuito visitable.
Durante todo el fin de semana, el monte de Santa Cruz alberga trincheras, ambientadas con objetos de la época, como quinqués o platos de aluminio. También hay un altavoz de metal, a través del que los milicianos insultan a los soldados del bando contrario, situados en un campamento al otro lado del barranco.
Prohibido hablar de política
Los organizadores insisten en que quieren recrear un episodio bélico y no exaltar a uno de los bandos. "Tratamos de hacer entender a los valencianos que hace 70 años esta misma tierra fue protagonista de un momento histórico y que se recuerde que aquí hubo una guerra", explica Matías Alonso, miembro del grupo Línea XYZ y ex concejal socialista de Valencia. Lo difícil, según cuenta, es contestar a los niños cuando le tiran del uniforme y le preguntan quiénes son los buenos en esta guerra.
Fuente: "Público"
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